viernes, 30 de noviembre de 2007

TLCAN: Entre apocalípticos e integrados

En el escenario político del país, el tema del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha sido siempre polémico. Los años en los cuales sus apologistas o detractores más conspicuos debatían sobre el futuro cercano quedaron atrás.

El tratado comercial más importante que ha suscrito nuestro país tiene ya historia, y es referente para que las mismas tendencias de antaño, ahora arropadas en otros discursos, evalúen resultados y posicionen sus planteamientos más generales sobre el rumbo económico y político del país.

Aquella consigna radical para cancelar el acuerdo comercial ha dado paso, con los años, a la búsqueda de esquemas más razonables para un comercio justo y sustentable. El manejo ideológico en contra de las tendencias prolibre mercado en el esquema de la globalización es casi idéntico al de principios de los noventas. Es en el manejo concreto donde sólo los más alucinados activistas piden la derogación del TLCAN.

Ante la apertura del capítulo agropecuario del tratado comercial en 2008, hay quienes exigen, desde las organizaciones campesinas e indígenas, que se tomen medidas concretas para proteger a los productores de maíz y frijol de esta apertura. Lejos de quienes consideran que se han confirmado sus previsiones de que el TLCAN acentuaría la pobreza en el campo, están aquellos que consideran que si bien hubo descuido en las políticas públicas hacia el campo, el rumbo empieza a enderezarse y la apertura del capítulo agropecuario no vulnerará al campo mexicano.
(Visto en: El Universal.com)
A unos y a otros no les vendría mal discutir sobre la pertinencia de unir esfuerzos para lograr verdaderas políticas integrales para el campo.

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