La manufactura presenta señales encontradas, pues mientras su producción parece acelerar el paso, los pedidos al sector muestran una conducta inestable, alternando avances y retrocesos que impiden articular una tendencia ascendente, estable y sostenida que permita consolidar su reactivación.
Esa "singular" combinación de resultados revela que la recuperación de esta actividad no es generalizada y depende de la trayectoria de ramas como la automotriz y de autopartes, advierte la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).Asimismo, añade, de productos a base de minerales no metálicos; carnes y lácteos; preparación de frutas y legumbres; refrescos y aguas; vidrio y sus productos; cerveza y malta; imprentas y editoriales; "otros productos metálicos, excepto maquinaria" molienda de trigo; cuero y calzado, y cemento hidráulico, entre otras.
El organismo que preside Ismael Plascencia explica que a fin de que la reactivación del sector fabril cuente con los atributos de calidad y permanencia deseables, hay que avanzar hacia la articulación de una auténtica política industrial. Sin ésta, difícilmente se elevará la competitividad de las empresas, se reintegrarán las cadenas productivas y promoverá el desarrollo de los micro, pequeños y medianos negocios.
En su análisis Pulso Industrial, la Concamin precisa que el desarrollo del país no puede depender del comportamiento de unas cuantas regiones, empresas o sectores, porque esto eleva la vulnerabilidad de la economía e impide aprovechar las potencialidades existentes en la estructura fabril. Además, el sector avanza lentamente porque son pocas las actividades que sostienen su reanimación. En ese sentido, expone, diversificar las fuentes de crecimiento sólo será posible si a las unidades fabriles se le acercan las herramientas que les permitan ser parte de la reactivación y no simples espectadores de lo que sucede a su alrededor.
La Confederación insiste en que la política industrial no puede ni debe posponerse más. Recuerda que en julio y agosto el ritmo de avance del sector fabril alcanzó las mayores variaciones en lo que va de 2007 (2.4 y 2.9 por ciento, respectivamente), aunque menores a las reportadas en la mayor parte de 2006. Ello le permitió a la industria superar el débil desempeño de los meses previos, sembrando la idea de haber iniciado su reanimación y generando confianza en torno a su futuro en el último tramo del año.
Sin embargo, en el análisis se advierte que si la trayectoria ascendente de la producción fabril se apoya en el avance de unas cuantas ramas, el comportamiento de los pedidos manufactureros tampoco ofrece noticias alentadoras. En lo que va del año, explica, el desenvolvimiento de esta actividad ha estado marcado por la inestabilidad. Luego del importante crecimiento que mostraron los pedidos en mayo —4.5 por ciento, el más elevado desde junio de 2006—, en junio cayeron 2.9.
Y justo cuando parecía que recobraban su curso ascendente —que los llevó a registrar en agosto un avance de 1.3 por ciento—, volvieron a retroceder en septiembre, esta vez a razón de 1.2 por ciento. Lo anterior confirma la volatilidad que caracteriza su desempeño reciente.Así, septiembre se unió a la cadena de meses marcados por el ajuste a la baja en los pedidos de productos industriales —que incluye a tres de los últimos cuatro meses—, y de paso envió señales de una posible moderación en el crecimiento de la producción fabril en el corto plazo. Esta singular combinación —producción al alza y pedidos a la baja— condiciona la calidad y consistencia del avance manufacturero.
(Con información de El Financiero/APB)
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