Aumentar los subsidios al campo es una "falsa solución" al problema del sector agrícola mexicano, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Por el contrario, señaló que para aumentar la competitividad del campo mexicano se requiere incrementar el tamaño de unidades productivas, realizar asociaciones de campesinos para financiar infraestructura, entre otras alternativas.Destacó que ante la liberación total del campo, en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la demanda de mayores subsidios es, para algunos, la única alternativa para el sector agropecuario "que no tomó las medidas necesarias" para ser competitivo.En su análisis estratégico, el instituto precisó que el reclamo de los agricultores mexicanos de granos es que Estados Unidos y Canadá cuentan con mayores apoyos al campo que los que brinda México, lo que propicia una competencia injusta.Sin embargo, aseveró que el hecho de que esos países destinen grandes recursos al sector agrícola en forma de subsidios, "no convierte a esta medida en una solución vial para el campo" en México.Comentó que desde que entró en vigor el TLCAN, los aumentos en el presupuesto destinado a programas de apoyo al campo mexicano no se reflejaron en incrementos importantes en la producción ni en la productividad como los observados en Estados Unidos.
Por el contrario, señaló que para aumentar la competitividad del campo mexicano se requiere incrementar el tamaño de unidades productivas, realizar asociaciones de campesinos para financiar infraestructura, entre otras alternativas.Destacó que ante la liberación total del campo, en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la demanda de mayores subsidios es, para algunos, la única alternativa para el sector agropecuario "que no tomó las medidas necesarias" para ser competitivo.En su análisis estratégico, el instituto precisó que el reclamo de los agricultores mexicanos de granos es que Estados Unidos y Canadá cuentan con mayores apoyos al campo que los que brinda México, lo que propicia una competencia injusta.Sin embargo, aseveró que el hecho de que esos países destinen grandes recursos al sector agrícola en forma de subsidios, "no convierte a esta medida en una solución vial para el campo" en México.Comentó que desde que entró en vigor el TLCAN, los aumentos en el presupuesto destinado a programas de apoyo al campo mexicano no se reflejaron en incrementos importantes en la producción ni en la productividad como los observados en Estados Unidos.
De 1993 a 2006, el presupuesto ejercido por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en diferentes programas de apoyo al campo aumentó 457 por ciento, al pasar de siete mil 576 millones a 51 mil 014 millones de pesos. En tanto, en ese periodo la producción de maíz aumentó 17.6 por ciento; la de trigo 14.6 por ciento; para cultivos de arroz y frijol se presentaron modestos aumentos del orden de 14.6 y 8.6 por ciento, respectivamente, situación casi similar en productividad.
Por otro lado, expuso que la política agraria de Estados Unidos representa una carga muy importante para los contribuyentes de esa nación, además que ese país enfrenta problemas relacionados con la concentración de los subsidios en minorías e incluso muchos de ellos están destinados a las granjas más grandes y ricas de Estados Unidos.En ese sentido, el CEESP opinó que hay muchas alternativas para elevar la competitividad del campo mexicano que no necesariamente involucran el aumento en los subsidios, entre ellos, resaltó, está incrementar el tamaño de las unidades productivas e integrar las cadenas productivas, entre otras. (Con información de Notimex/GCE)
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