Las presiones laborales sobre los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos se recrudecerán en 2008, lo cual propiciará que continúe descendiendo el monto de remesas monetarias enviado a nuestro país. Cifras del Departamento del Trabajo estadounidense señalan que a febrero del presente año se redujo 3.14 por ciento anual el empleo dentro de la industria de la construcción, situación que agudiza la tendencia reportada un año antes, cuando disminuyó solamente 0.35 por ciento anual. La misma suerte corrió la contratación de personal inmigrante en el sector agrícola, pues muestra una baja en el ritmo de crecimiento, ya que en febrero de 2007 el empleo creció 6.16 por ciento anual, situación que contrasta con el desempeño del presente año cuando se incrementó 0.11 por ciento anual.
Lo anterior cobra relevancia debido a que son tres los principales sectores que ocupan mano de obra mexicana en el vecino país del norte, y entre ellos destacan la industria de la construcción y el campo, pues en esas actividades se contrata el 18.6 y 16.5 por ciento, respectivamente, de los trabajadores inmigrantes. Además están los oficios, como plomería, electricidad y herrería, que dan empleo al 23.1 por ciento, pero que tienen un efecto menos importante en el desempleo de mano de obra mexicana.
Trascendencia de la crisis en EU
La actual crisis hipotecaria de Estados Unidos ha generado el peor comportamiento en el sector de la construcción en los últimos 14 años, ya que el gasto realizado en esta actividad durante enero disminuyó 3.3 por ciento anual. En enero de 2008 se agudizó la crisis en el sector de la construcción de Estados Unidos, dado que la caída en el gasto fue de 3.3 por ciento anual, pues se situó en un millón 121 mil millones de dólares. Esta situación no se presentaba desde enero de 1994, cuando el gasto en construcción se desplomó 3.6 por ciento de forma anual.
Con la reducción en la actividad constructora, se originó en enero la primera disminución en el envío de remesas a nuestro país, debido a que en esa actividad se emplea al 18.6 por ciento de los inmigrantes mexicanos, es decir, al mayor número de trabajadores nacionales. Durante enero del presente año el país captó remesas por mil 654 millones de dólares, con una caída de 5.87 por ciento respecto del mismo mes de 2007, es decir, el peor retroceso de los últimos 15 años. A esta contracción debe agregarse el aumento en las restricciones que enfrentan los trabajadores mexicanos para cruzar la frontera norte del país.
Lo anterior es causa de que los mexicanos que logran llegar a Estados Unidos alarguen su estancia allá. De 2001 a 2005 la población mexicana se quedaba en promedio 10.4 meses al año en la Unión Americana, y a partir de 2006 la permanencia se elevó a 11 meses anuales.
Estancia en Estados Unidos
Los trabajadores ilegales que se quedan más tiempo en Estados Unidos envían de manera paulatina una menor cantidad de dinero a sus familias en México. Así, los trabajadores que permanecieron hasta cinco años en aquel país enviaron en promedio 435 dólares; de manera contraria, los que se quedaron de 11 a 15 años mandaron 21.15 por ciento menos. El aumento en las medidas de seguridad que adoptó el gobierno de Estados Unidos en la frontera con México, ha encarecido el costo que implica para los trabajadores mexicanos llegar a la Unión Americana, lo que en promedio significó mil 256 millones de dólares durante 2007, es decir, el equivalente al 5.24 por ciento de las remesas que fueron enviadas al país. De esta manera, según datos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, los trabajadores que cruzaron la frontera tuvieron que desembolsar entre dos mil y 6 mil dólares por persona.
Freno total a la inmigración
El Colegio de la Frontera Norte estimó que a lo largo de 2007 el flujo de migrantes mexicanos que llegó a Estados Unidos sin documentación fue de 550 mil personas. Del total, alrededor del 57 por ciento realizó la contratación de un guía para llegar a su destino, es decir, 314 mil personas. Con las nuevas medidas de seguridad, se han endurecido los requisitos para la contratación de trabajadores ilegales en los estados de alta tradición migratoria, lo que obliga a la población mexicana a trasladarse hacia la región de la costa este de Estados Unidos, convirtiéndola en el segundo destino para establecerse.Estos cambios han provocado la creación de nuevas redes de comunidades mexicanas que estimulan la llegada de más trabajadores a la región, como sucedía con estados tradicionales, como California y Texas. (Con información de Notimex/GCE/APB)
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