Los signos de recuperación trajeron consigo el retraso para la reforma al sistema financiero global.
Durante la peor fase de la crisis, cuando los grandes bancos comenzaron a quebrar y el panorama anunciaba la posibilidad de una recesión prologada, los gobiernos, organismos internacionales y las instituciones financieras reconocieron la necesidad urgente de renovar el marco regulatorio de la operación del sistema en pro de evitar una nueva crisis.
A dos años de iniciada la debacle, el Grupo de los 20 (G-20) concluyó en Pittsburgh, EU, su tercera cumbre con objetivos más ambiciosos y concretos, pero con plazos más largos.
Uno de los logros más aplaudidos fue la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI), mediante la cual los países que ahora se encuentran subrepresentados contarán con un voto de 5 por ciento.
La medida podría favorecer a países como China (con un voto de 3.7 por ciento), que está por debajo de la participación de naciones como Francia, cuya cuota es de 4.9 por ciento, aun cuando la economía china supera a la francesa.
Por otra parte, las metas fijadas en materia de regulación se enfocan en el aumento en la capitalización de los bancos, el control de las retribuciones a ejecutivos, el manejo de derivados over the counter (OTC) y la alineación a los tratados de Basilea por parte de los países que conforman el G-20.
Los principales centros financieros se comprometieron a adoptar el Marco de Capital de Basilea II en 2011.
Aunque estos aspectos parecieran constituir las bases para el nuevo marco normativo de las instituciones, su aplicación se verá aplazada, con el fin de no interrumpir el débil ritmo de las señales de recuperación en la economía mundial.
Ajustes por venir
Los bancos deberán ajustar sus niveles de capital en función al tamaño de la institución y los riesgos que representen sus operaciones.
De acuerdo con la declaración firmada por las 20 naciones, será en 2010 cuando se presenten las nuevas normas de capital para que su entrada en vigor sea en 2012.
La decisión obedece a que, de aplicar de manera inmediata los nuevos requerimientos de capital, existiría el riesgo de recortar el flujo de crédito por parte de los bancos y detener la recuperación de la economía real.
En cuanto al pago de bonos a ejecutivos financieros, la declaración sostiene que las retribuciones estarán sometidas a una mayor supervisión en función de las prácticas incentivadas.
La Junta de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés) deberá vigilar que los bonos obedezcan a ganancias a largo plazo para las instituciones y no sólo a la toma desmedida de riesgo por parte de los ejecutivos. Sin embargo, tampoco esta norma entrará en vigor de manera inmediata.
"La FSB tiene la tarea de supervisar la aplicación de las normas y proponer medidas adicionales, según sea necesario antes de marzo de 2010", indica el documento difundido por el G-20 al término de la cumbre.
Se trata de otra medida a largo plazo que busca sanear las operaciones del sistema financiero; sin embargo, la atención se concentra en aquellos instrumentos de mayor riesgo, de tal modo que existen riesgos como el proteccionismo y los paraísos fiscales, que continúan en la agenda como grandes pendientes.
Dudas sin alivio
Para el caso del proteccionismo comercial, el G-20 se limitó a establecer un compromiso para llegar a un acuerdo en la Ronda de Doha en 2010.
Mientras que en materia de paraísos fiscales, las conclusiones del encuentro advierten que habrá sanciones para los países que continúen en la lista de negra de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para marzo de 2010.
Sin embargo, José Angel Gurría, secretario de la OCDE, emitió un comunicado para informar que incluso Suiza se encontraba en la última fase para ser removida de la lista negra.
La cumbre de Pittsburgh no representó el alivio a las dudas sobre el sistema financiero.
Ahora, el trabajo estará concentrado en fortalecer la recuperación con nuevas políticas de crecimiento sostenible e incremento en las cifras de empleo.
Desde antes de iniciar las discusiones, se fijaron nuevas fechas para próximas reuniones, una en Canadá, en junio de 2010; una en Corea, en noviembre del mismo año, y una en Francia, para 2012.
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