jueves, 2 de abril de 2009

G-20, ¿qué esperar?

Mañana se llevará a cabo una reunión más del G-20 que, en medio de la recesión, plantea la siguiente pregunta: ¿Qué esperar? ¿De los discursos?, mucho. ¿De las acciones?, poco. ¿De los resultados?, nada.
La última vez que se reunió el G-20 fue el 15 de noviembre, y los acuerdos fueron: 1) Continuar los esfuerzos de sus miembros desarrollados, tanto en el ámbito nacional, como el internacional, para apoyar los mercados financieros y tomar cualquier acción adicional necesaria para estabilizar el sistema. 2) Reconocer la importancia de la ayuda de la política monetaria, en la medida en que se considere apropiado para las condiciones nacionales de cada país. 3) Usar medidas fiscales para estimular de forma rápida la demanda interna, al tiempo que se mantiene un marco propicio para la sostenibilidad (sic) fiscal. 4) Ayudar a los países emergentes y en desarrollo a lograr acceso a la financiación en las difíciles condiciones financieras, incluyendo instrumentos de liquidez y programas de apoyo. 5) Apoyar el papel del FMI en la respuesta a la crisis, reconociendo el valor de los nuevos mecanismos de liquidez a corto plazo y urgir a la continua revisión de sus instrumentos para asegurar la flexibilidad. 6) Animar al Banco Mundial y a otros bancos multilaterales de desarrollo a usar su plena capacidad en apoyo de su agenda de ayuda. 7) Asegurarse de que el FMI, el Banco Mundial y los otros bancos multilaterales de desarrollo tengan los recursos suficientes para continuar desempeñando su papel en la resolución de la crisis.
Las medidas propuestas, ¿son las adecuadas para salir de la crisis? Por ejemplo, el acuerdo de "usar medidas fiscales para estimular de forma rápida la demanda interna", acuerdo de pura cepa keynesiana, ¿es el correcto, no para reactivar el consumo, sino para reactivar la producción? Otro ejemplo, "reconocer la importancia de la ayuda de la política monetaria", ¿es un reconocimiento válido, sobre todo ante el hecho de que fue esa política la que causó el desorden, al inducir, al inicio de la década, una baja artificial en las tasas de interés?
Si de la reunión de mañana salen más acuerdos como los antes mencionados, seguiremos teniendo más de lo políticamente correcto, pero nada de lo económicamente aconsejable. ¿Y qué es lo económicamente aconsejable? Todo aquello que facilite las actividades económicas de las personas, entre las cuales ocupa un lugar central el comercio, independientemente de que se realice entre personas de la misma nacionalidad, o entre personas de nacionalidad distinta, de tal manera que los gobiernos, comenzando por los del G-20, deben eliminar los lastres y obstáculos que todavía limitan o impiden dichos intercambios. Deben, no solamente manifestarse a favor del libre comercio, y por lo tanto contra el proteccionismo, sino actuar a su favor. Seguramente escucharemos mucho de lo primero, y veremos poco de lo segundo, porque lo políticamente correcto es hablar a favor del libre comercio pero actuar a favor del proteccionismo. El gobierno mexicano, ¡qué vergüenza!, es un buen ejemplo.

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