viernes, 18 de julio de 2008

Crece demanda mundial para intervenir el dólar

La inquietud del mundo es palpable; el declive del dólar ha exacerbado la inflación del petróleo y los alimentos; además, ha complicando las políticas monetarias de EU.

Londres.- Tres días antes de la última intervención coordinada de los grandes bancos centrales para calmar a los mercados cambiarios, el principal economista del Fondo Monetario Internacional opinó: “Si no es ahora, ¿cuándo será?”. Muchos expertos ahora están diciendo lo mismo.

Cuando en el 2000 Michael Mussa instó a los grandes bancos centrales del mundo a calmar a los mercados, era un descenso del euro que parecía no tener fin lo que se percibía como el factor desestabilizador para la economía mundial. Ahora, la situación apremiante del dólar hace sonar campanas de alarma.

El billete verde alcanzó mínimos récord de nuevo esta semana en su alarmante caída, mientras los inversores extranjeros cuestionaban la confiabilidad financiera de la mayor economía del mundo y sus obligaciones financieras.

Una vez perdida, pueden pasar años para que la confianza financiera se restaure.

El riesgo para el dólar en ese ambiente es duro y, debido a que pocos gobiernos en el mundo tienen interés en ver una mayor devaluación de la moneda estadounidense, el apoyo para una intervención concertada está en aumento.

El declive del dólar ha exacerbado claramente la inflación del petróleo y los alimentos en todas partes, complicando las políticas monetarias de EU, de la zona euro y Gran Bretaña, lo mismo que en las gigantes economías exportadoras de Asia y Oriente Medio.

A medida que la economía mundial se desacelera tras un año de turbulencia del crédito, la inflación acentuada por la caída del dólar ha atado las manos de los bancos centrales para recortar las tasas de interés, mientras que las pérdidas del dólar también encendieron los motores de las exportaciones en las economías emergentes.

“Estados Unidos debería considerar intervenir en el mercado de cambios”, dijo Jim O’Neill, jefe de economía global de Goldman Sachs en Londres. “La constante debilidad del dólar y el empeoramiento del precio del petróleo es una amenaza al mundo entero”, indicó.

O’Neill agregó: “Hay peligro de que se desarrollo un círculo vicioso: el dólar está declinando en todas partes, los precios del petróleo siguen subiendo y ambos causan daño inflacionario simultáneo”.

“Los funcionarios no pueden quedarse inactivos y observar que todo esto ocurra sin dar una lucha”, expresó.

Tampoco Goldman Sachs está solo al alertar sobre la posibilidad de una intervención para apoyar al dólar.

“Las condiciones para una exitosa intervención coordinada de apoyo al dólar están ahora comenzando a ponerse en su lugar”, dijeron economistas del banco francés BNP Paribas a sus clientes, al señalar que el factor más importante es un creciente consenso alrededor del mundo.

La firma estadounidense Morgan Stanley dijo que su modelo sobre la probabilidad de una intervención del banco central ha estado aumentando todo el año y considera que las posibilidades ahora son de una en tres.

Los inversores, al igual que los banqueros, sienten que el tiempo está maduro.

“El regreso de la intervención coordinada en el mercado cambiario podría llegar como una sorpresa en los meses venideros”, dijo a sus clientes Edouard Carmignac, presidente de fondo Carmignac Gestion, con sede en Luxemburgo.

FED podría seguir consejos

Contra un euro fortalecido por el alza de las tasas de interés del Banco Central Europeo este mes, el dólar estableció un récord de 1.6038 y su mínimo en tres meses contra una cesta de monedas mundiales .DXY.

El índice dólar, que ha caído 10% en un año, ahora ha descendido más de 40% en poco más de seis años. Los precios del crudo han subido más de siete veces durante el mismo período.

Lo que es más, el dólar y el euro se están acercando rápido a la serie de medidas que precedieron algunas de las más famosas intervenciones de bancos centrales en la historia reciente.

En los cinco años que llevaron al llamado “Acuerdo Plaza” de 1985, que devaluó al dólar estadounidense, el índice de la divisa verde había subido alrededor de 50 por ciento. La medida equivalente del euro ha hecho exactamente eso desde que fuera rescatado por el BCE y los otros bancos centrales del Grupo de los Siete en el 2000.

La inquietud alrededor del mundo es palpable. China, bajo críticas durante años para permitir que su yuan semiatado al dólar suba más rápido, ha comenzado a hacer eso durante el último año. Pero ahora enfrenta una creciente discrepancia interna acerca del daño que podría causar a las exportaciones.

Esa ansiedad se refleja en toda Asia y también en los países petroleros del Oriente Medio, cuya estricta paridad con el dólar también está en un punto de ruptura, pese a las recientes declaraciones de consuelo del visitante secretario del Tesoro de EU, Henry Paulson.

Para no quedar solo, el mismo banco central estadounidense ha dejado en claro que se han escuchado las campanas de alerta por la debilidad del dólar, y su presidente, Ben Bernanke, admitió el miércoles que podrían darse ciertas condiciones en los mercados que requieran de una intervención cambiaria.

“La intervención en el mercado es una política que se ha llevado a cabo en pocas oportunidades. Pienso que es algo que deberíamos hacer sólo excepcionalmente, pero podría haber condiciones en las que los mercados estén turbulentos y pueda justificarse alguna medida temporaria”, afirmó Bernanke en un testimonio ante legisladores estadounidenses.

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