James E. Cayne dejó su cargo como CEO de Bear Stearns, una de las primeras víctimas de la crisis financiera.
Como si se tratara de una casta superior, los causantes del colapso financiero reciben generosas prerrogativas, mientras accionistas quedan arruinados y trabajadores pierden sus empleos, consigna un reportaje de El País
Como si se tratara de una casta superior, los causantes del colapso financiero siguen recibiendo generosas prerrogativas, mientras accionistas quedan arruinados y los trabajadores pierden sus empleos, consigna un reportaje publicado por El País
De acuerdo con la publicación, el salario de los CEO’s ha subido 45% en 10 años, mientras que el del trabajador común sólo 7%, y si bien el FBI ha abierto una investigación, ninguno de éstos ha sido procesado.
El derrumbe del sistema financiero internacional ha sacado a la luz estas colosales prerrogativas de los directivos cuya gestión ha abocado a la desaparición a firmas históricas como Lehman Brothers o Merrill Lynch, publica el País.
Recuerda que sólo las cinco mayores firmas financieras de Wall Street -Merrill Lynch, JP Morgan, Lehman Brothers, Bear Stearns y Citigroup- pagaron más de 3,000 millones de dólares en los últimos cinco años a sus máximos ejecutivos, justo en el periodo en el que éstos se dedicaron a inflar las cuentas, empaquetando en fondos y otros activos opacos, préstamos incobrables que han derivado en la mayor crisis financiera de la historia.
“Cuando el sistema se colapsó, las firmas siguieron siendo generosas con los causantes de la debacle. Stanley O’Neall se llevó a casa 161 millones de dólares cuando dejó Merrill Lynch; Charles Prince obtuvo 40 millones al dejar Citigroup, cifra similar a la que que obtuvo Richard S. Fuld, de Lehman”, escribe Ramón Muñoz, autor del reportaje.
La comisión de investigación de
La comisión de investigación del Congreso también destapó que Fuld autorizó pagos de 20 millones de dólares a dos directivos de Lehman cuatro días antes de que la firma se declarara en bancarrota.
Los empleados de los mayores cinco bancos de inversión percibieron 66,000 millones de dólares en el 2007, de ellos, 39,000 millones en bonus. Esta cifra arroja una retribución media de 353,089 dólares por empleado, según Bloomberg.
Como su sueldo dependía directamente de lo que ganara la empresa, hincharon artificialmente las cuentas, comercializando piramidalmente fondos u otros instrumentos financieros respaldados por los ahora llamados activos tóxicos.
En tanto, los gobiernos piden sacrificios a ahorradores, accionistas y trabajadores para salir al rescate de bancos y aseguradoras a costa de miles de millones de las arcas públicas. Y los culpables de este saqueo no sólo no son reclamados por la justicia, sino generosamente recompensados.
Es como si a los asaltantes del tren de Glasgow les estuviera esperando el jefe de Scotland Yard en la estación de Londres para colgarles una medalla. Su botín fue de 60 millones de euros (al cambio actual) y se le llamó el robo del siglo. ¿Cómo llamaremos a las hazañas de los villanos de Wall Street?, pregunta el País.
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