Son más los ganadores que los perdedores con la reducción arancelaria sobre las 150 mil fracciones en que se reparten los productos que componen el comercio exterior mexicano, afirmó Sergio López Ayón, secretario general del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
El propósito principal del análisis que realiza
Las cúpulas empresariales nacionales están en contra de la reducción de impuestos a la importación y de la eliminación de fracciones mientras el gobierno no disminuya el costo de producir en México. “Si los quitan (los aranceles) y no nos bajan el costo país es imposible competir”, expuso recientemente Ismael Plascencia, presidente de
Los costos de la electricidad en México es uno de los lastres que repercute en altos precios para los consumidores. “Hay que insistir en incrementar la competitividad real de las empresas y no en una competitividad a través del uso de aranceles”, coincidió el secretario general del CIDE. Pero precisó que “con una reducción arancelaria hay muchos que ganan y algunos que pierden”.
Entre los sectores desfavorecidos destacó la agricultura y la producción de aceites. La gran ventaja del proyecto, sin embargo, es que se ataca el problema estructural de una “complicada” administración aduanera, que acumula una serie de requisitos como el pago del arancel de Nación Más Favorecida (NMF), la aplicación del Programa de Importación Temporal para producir artículos de Exportación (Pitex) y las exenciones para productos originarios de países con los que México sostiene tratados de libre comercio, entre otros.
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