Las automotrices en México están recortando y ajustando su producción ante la menor demanda con algunos despidos y suspensiones temporales, pero todo puede empeorar si Washington rechaza un plan de rescate al sector y suelta la mano a las grandes fábricas de Detroit.
La industria local mira nerviosa los planes que General Motors Corp, Ford Motor y Chrysler LLC están presentando al Congreso estadounidense para obtener un financiamiento de emergencia de hasta 25,000 millones de dólares del Gobierno que alivie su severa crisis.
México es el undécimo productor de autos en el mundo y alrededor de 70% de sus exportaciones totales de autos y camiones va a Estados Unidos, un país en recesión que amenaza con congelar a la economía global.
"Si la empresa no consigue el préstamo (del Gobierno de Estados Unidos), General Motors podría desaparecer de México", dijo Carlos Campos, un empleado de la planta de GM en Silao, en el centro del país.
Estados Unidos hoy demanda menos camiones y camionetas por lo que las armadoras en México están fabricando más automóviles subcompactos y mirando a Sudamérica y Europa.
General Motors, Ford y Chrysler, junto a la japonesa Nissan y la alemana Volkswagen, suspendieron temporalmente su operación en unas cinco plantas, esforzándose por mantener activa a la mayor cantidad de personas posible.
General Motors y Nissan representan alrededor de la mitad de la producción total de automóviles de México.
Ford remodelará tres plantas, y una de ellas dejará de producir camiones para comenzar a armar el compacto Fiesta, en un intento por adecuarse a las necesidades del mercado.
Los analistas creen que el futuro podría ponerse más gris, si las empresas en Estados Unidos no convencen al Gobierno y a los legisladores con sus planes de reestructuración, con los que buscan recortar costos. Creen que en ese escenario las firmas irían inevitablemente a la quiebra.
"Una bancarrota tendrá un impacto grave", dijo Octavio Gutiérrez, economista del banco BBVA-Bancomer, en
* 2009, años difícil
Las autopartes y los vehículos representan una quinta parte de las exportaciones totales de México y su peso en la balanza comercial se dejó sentir a finales de noviembre, cuando un mayúsculo superávit hizo caer un 4% a la moneda.
También influyó el hecho de que el Congreso de Estados Unidos no aprobó de inmediato el rescate a las automotrices y optó por demorar la definición hasta esta semana.
La industria automotriz mexicana da empleo a casi 600,000 personas y representa más del 7% de la fuerza laboral total del país. Pero según datos oficiales, al menos 5,000 plazas ya fueron cerradas.
El Gobierno mexicano espera que la economía se desacelere el año próximo para crecer un 1.8%, desde el 2.0% que calcula para este año.
Pero varios analistas tienen pronósticos más pesimistas, especialmente por la crisis en Estados Unidos y su impacto en la industria automotriz.
"El 2009 va a ser muy difícil para la industria", dijo Pascual Francisco, analista de la firma IHS Global Insight.
"Todos van a tener que parar su producción por una semana o tal vez hasta por meses", agregó.
El estado de la industria automotriz global empeoró aún más en noviembre cuando la venta de autos cayó también en Europa y Asia, con los compradores temerosos de la recesión.
Por ahora, las oficinas en México no tienen más opción que mantenerse en "stand by".
"En general, toda la compañía y la industria está a la espera de ver qué pasa" con las automotrices en Estados Unidos, dijo a Reuters Angel Sánchez, gerente de comunicación social de GM México.
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