miércoles, 13 de agosto de 2008

Descartan que crisis alimentaria se resuelva en el corto plazo

Guatemala, 9 de agosto .- Autoridades financieras de Guatemala y representantes del sector agrícola estimaron que continuarán los altos precios de productos como el maíz y el trigo, por lo que descartaron que la crisis alimentaria se resuelva en el corto plazo.

La presidenta del central Banco de Guatemala (Banguat), Antonieta de Bonilla, dijo que pese a una desaceleración del aumento de precios, persiste el alto costo del maíz y del trigo en los mercados internacionales, por lo que los gobiernos deberán tomar medidas.

En una exposición ante empresarios de la Fundación para el Desarrollo (Fundesa), la funcionaria dijo que, en el caso del maíz, su precio alcanzó una marca histórica de 13.48 dólares, aunque ahora se ubica en alrededor de 10 dólares el quintal (46 kilogramos).

"Aún con el retroceso, es un precio significativamente alto en relación con los niveles del 2006 y 2007", señaló la también titular de la Junta Monetaria de Guatemala.

Explicó que las implicaciones de la crisis de los alimentos tienen relación con el alza de los precios del petróleo y de ciertos productos básicos como el maíz y el trigo, lo cual ha generado incrementos en la inflación general, especialmente en las economías emergentes.

De Bonilla manifestó que la crisis alimentaria ha derivado además en "facturas de importaciones más altas y posiciones más difíciles de las balanzas de pagos, y un mayor gasto del gobierno".

Puntualizó que este año se intensificó la crisis de alimentos, como resultado de los altos precios que, pese a todo, han mostrado en las últimas semanas un leve retroceso y tienden a estabilizarse.

La funcionaria aclaró, sin embargo, que las proyecciones no apuntan hacia la recuperación de los precios de los alimentos en el corto plazo.

"Hay bastante incertidumbre, y no hay señales en cuanto al tiempo que puedan reaccionar los mercados (para una eventual baja de precios)", indicó al citar estimaciones de especialistas internacionales.

Consideró que la actual crisis de los alimentos implica una serie de retos en materia de política económica para los países en desarrollo, que en el corto plazo deberán proveer alimentos a los grupos más pobres.

De Bonilla estimó que para "aminorar los efectos negativos de los altos precios de los alimentos", tendrán que establecerse "redes de seguridad bien focalizadas, y subsidios temporales para los pobres", además de "programas de alimentación en las escuelas".

Resaltó la conveniencia de la reducción de aranceles en el caso de los alimentos y evitar medidas "que tengan efectos colaterales negativos", como restricciones a las exportaciones, controles directos de precios y subsidios generales.

Según un informe oficial sobre el Indice de Precios al Consumidor (IPC) en Guatemala, los alimentos registraron un incremento de 91 por ciento en los últimos 12 meses, lo cual ha influido en el aumento sostenido de la inflación y en altos precios finales para el consumidor.

No obstante, la presidenta del Banguat expresó su confianza en que en los próximos meses el índice de inflación registrará una desaceleración, si se mantiene la tendencia a la baja de los precios internacionales de los alimentos.

Por su parte, representantes de los empresarios del agro afirmaron que el retroceso en los precios podría registrarse a partir de octubre próximo, siempre y cuando la tendencia mundial continúe a la baja.

El presidente de la Federación Agrícola de Guatemala, Marco Paxtor, afirmó que productos como tomate, cebolla, chile y hortalizas "se posicionan en el mercado de acuerdo con la oferta y la demanda y no por los precios del petróleo".

Dijo que muchos de los insumos para la producción agrícola, como las semillas y fertilizantes, siguen con precios en ascenso y consideró difícil que puedan reducirse, por lo cual los costos de los alimentos serán altos al menos en los próximos dos meses.

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